Hemos mostrado lo que nos puede aportar la imagen de satélite en la agricultura de precisión. La importancia de verla como una gran herramienta, y como veremos a continuación, sumada a otras tecnologías, ésta nos ayudará a incrementar la rentabilidad de nuestra explotación, además de hacerlo de una manera más sostenible.
Un breve recuerdo de las fases de todo proceso de implantación de agricultura de precisión.
- Primera Fase: toma de datos, análisis e interpretación de estos (anterior artículo del blog).
- Segunda Fase: toma de decisiones y ejecución.
Segunda Fase: toma de decisiones y ejecución
Toma de decisiones
Viendo en la imagen de satélite que la superficie de la segunda variedad sembrada no cuenta con la dosis de semilla adecuada por m2 se opta por realizar un cálculo de la superficie a resembrar y evaluar los costes frente a la reducción de cosecha que se espera obtener. Debemos tener en cuenta que las resiembras de alfalfa no siempre funcionan al 100%. Por supuesto, de cara a futuras siembras se incrementará la dosis de esta variedad.
Por otro lado, se realizó un mapeo de suelo para detectar posibles problemas de suelo. Generalmente se recomienda empezar por esta técnica, ya que sus resultados, a diferencia de las imágenes de satélite, no se ven alterados por otras variables como:
- el factor humano (decisiones de siembra, tanto en variedad, como en dosis, de abonado en sus diferentes variantes y dosis, de riego, etc),
- los factores ambientales (temperaturas, precipitaciones, viento…)
y se obtuvieron los siguientes resultados, que no son sólo un mapa de suelo, si no toda la información útil que de estos se puede obtener.
Ejecución
El mapeo de suelo podemos describirlo de una manera simplificada como una medida “directa” sobre el terreno de la conductividad eléctrica a diferentes profundidades, que mediante un muestreo en las zonas diferenciales nos permite conocer características físico-químicas de nuestros suelos, ligadas a texturas (contenidos porcentuales de arena, limo, arcilla y elementos gruesos), retención de agua y nutrientes, contenidos de materia orgánica y altimetría de la parcela.
De todos los datos que este tipo de actuación nos aporta, mostramos los más representativos para analizar el caso real que nos ocupa:
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Mapa de elevaciones del terreno
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Mapa de texturas.
Es importante entender este mapa, que en el informe final viene acompañado de los individuales, separados por elementos de arena, arcilla, limo y uno muy importante que normalmente se descarta, los elementos gruesos. No es lo mismo a nivel de comportamiento un suelo con un 55 % de arcillas y un 5% de elementos gruesos que un suelo de 55 % de arcilla y 15% de elementos gruesos, pues la retención de nutrientes, agua y desarrollo radicular será diferente.
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Mapa de retención de agua.
Con los datos de conductividad, las texturas del suelo, la visita a campo, muestreo de suelos y experiencias previas, nuestro departamento de I+D ha desarrollado un algoritmo que nos permite trabajar la capacidad de retención de agua de nuestros suelos.
Estos valores de CRA son muy importantes a la hora de programar riegos, tomar decisiones para las inversiones de montaje de estos en nuevas parcelas e incluso para la determinación de adoptar nuevas tecnologías como los Pivots VRI en los que la dosificación del agua se programa para cada zona de manera diferencial u otros modelos que son capaces de controlar la velocidad en función del pivot.
En estas imágenes de www.pivotirrigation.com podemos ver los dos sistemas a los que hacemos referencia:
Conclusiones
A lo largo de las dos partes de este artículo, y mediante la explicación de un caso real desarrollado para un cliente, desde Agrostream hemos tratado de explicar la secuencia de toma de decisiones más adecuadas para la mejora de la parcela estudiada.
Con los datos analizados vía satélite fuimos conscientes de varios fallos en la parcela que posteriormente testeamos presencialmente, en estos problemas detectados se tomaron decisiones como la resiembra por falta de número de plantas al tomar una mala decisión de siembra y también la realización de un mapeo de suelo ya que sin este último nos hubiésemos quedado en la superficie del problema y lo vincularíamos sólo al cultivo implantado y a las características ambientales del año en cuestión, en este caso alfalfa, que al ser un cultivo plurianual nos mantendría el problema en el tiempo.
Basándonos en la tecnología del mapeo de suelo, podemos concluir que la zona problemática del estudio esta directamente influida por el suelo, encontrándonos con una zona de pendiente en la que la retención del agua el propietario pensaba que era menor por la propia pendiente del campo, una textura franco-arcillosa con gran cantidad de retención. De cara a la próxima campaña se va a modular la velocidad del pivot en dicha zona, y cuando la alfalfa termine su ciclo de cuatro años ya estaremos en disposición gracias a nuestro mapa de suelo de tomar las mejores decisiones de siembra y abonado variable.
La agricultura de precisión engloba varias técnicas y toma de decisiones, la teledetección sin el conocimiento del suelo carece de todo el valor que merece, entendamos pues, que ambas, son herramientas complementarias y que cada una nos proporciona informaciones muy válidas, pero a veces inexactas si se ven de manera independiente. Y lo mas importante:
NO OLVIDEN NUNCA DE IR AL CAMPO